Pataletas a los 3: ¿Por qué ocurren?
Pensado para padres y madres con hijos e hijas de edades comprendidas entre los 2 y los 4 años.
¿Qué es y por qué sucede?
De los 2 a los 4 años se produce una etapa conocida como el Terrible Two; una edad en la que prevalece el No, las Rabietas, el Desafío… A esta edad, la mayoría de veces, no entienden las consecuencias de su pataleta (por ejemplo el daño que pueden hacerse), algunas respuestas son demasiado abstractas.
En estos momentos, ante las discrepancias de los deseos de los niños y los de los adultos, aparecen las temidas pataletas. Generalmente, el detonante es: “No quiero”.
Una pataleta se produce por una NO comprensión, por parte del niño, de lo que los padres le dicen o piden. Lo que el niño percibe no es lo mismo que lo que él piensa o quiere. No entiende la negativa (no comprende las normas sociales ni las obviedades), no tiene un razonamiento claro y no tiene un lenguaje suficiente para establecer un discurso. Aunque a menudo se cree que se realiza de manera intencional, para molestar o para manipular a los adultos, no suele ser así.
¿Cuándo sucede?
De 2 a 4 años (máximo hasta los 6): Pataleta por búsqueda de independencia. Sufrimiento.
De 5 a 6 años: Pataleta que cesa con la explicación. Comprensión.
De 7-8 años en adelante: No aparece pataleta. Aparece discusión.

¿Cómo actuar?
1. Mantén la suficiente calma para conducir la pataleta de la mejor manera—–> los niños necesitan una influencia calmada, sobre todo durante la pataleta (si no se la puedes dar, no se podrá calmar). Respira lento y profundo y espera unos segundos antes de responder.
2. Asegúrate que el niño tiene todo lo que necesita—–> No siempre buscan “salirse con la suya”, puede ser frustración, falta de atención o problemas físicos. En este último caso no hay que negociar y sí establecer soluciones; en caso de sueño programar una siesta, en caso de hambre llevar siempre algo a mano…
3.Pregunta cual es el problema—–> Necesitan ser escuchados y es la mejor manera de expresarse. Mírale a los ojos. Eso no significa ceder a lo que ellos digan, sino a escuchar lo que dicen, tiene derecho a expresarse.
4. Dar una explicación clara en vez de un simple “NO” o “Porque yo lo digo”—–> Esas respuestas generan una gran frustración. Dar un motivo a sus actos hace que el niño entienda las cosas y consiga más sentido de control de la situación.
5. Mantenerse firme—–> Hay que ser comprensivos pero firmes. Tardará más o menos en calmarse pero recordará que una pataleta no da resultados satisfactorios.
6. Estableced medidas para prevenir lesiones—–> Retirad objetos peligrosos o alejarlos de él. Evitar sujetarlo aunque a veces es necesario y reconfortante. Cuando es necesario, sujetar con firmeza y hablar con calma (sobretodo si la pataleta es por decepción/frustración o ambiente desconocido).
7. No pierdas tu temperamento—–> Es importante dar ejemplo de conducta a los niños. Si pierdes el control y empiezas a gritar y a hacer una pataleta como adulto, los niños perciben y ven que ese comportamiento es aceptable.
Es poco sencillo pero estar calmado y sereno es lo mejor para ti y para él.
(Tómate unos minutos para relajarte si lo necesitas, pide relevo con otro adulto hasta sentirte preparado, lleva al niño a otra habitación para calmaros los dos…)
Prohibido:
-Nalgadas o gritos–> Impide una relación sana y de confianza (si este comportamiento se da, aparece confusión y miedo) apareciendo el cumplimiento de normas por miedo y no por entendimiento y comprensión.
Los niños son humanos; si a un adulto no se le pega, ni se le grita ni se le insulta, a un niño tampoco. Si a un adulto se le pide perdón, a un niño también.
-Discusiones de pareja (delante del niño)–> La desacreditación y discusión entre adultos conlleva posicionamiento de uno de los padres hacia el niño y con ello, la elección del niño por uno de los dos para acomodar las situaciones según le convengan. Si el niño observa a los padres como “no equipo”, utilizará esa percepción en su beneficio.
Una familia necesita unas normas de convivencia, unos valores y unos modales que deben ser transmitidos por ambos padres. Los padres son el espejo donde se miran los niños.
Receta “CasiMagia” cuando percibimos que habrá pataleta:
Explicación, por parte del niño, de lo que está pasando y de su negativa a la propuesta = lo tranquiliza.
Le damos la razón y valoramos lo que nos cuenta (que entienda que lo que nos dice no es de locos) = percibe que le entendemos.
Luego damos nuestra explicación de lo que está pasando, el por qué = intenta entendernos.
Finalmente ofrecemos dos alternativas (que favorezcan al adulto) para que escoja = percibe que “gana” porque puede escoger.
Receta “CasiMagia” ante una pataleta:
Acércate tanto como puedas al niño y, con actitud y comportamiento suave y calmado, dile:
“No me gusta que estés así (el niño está sufriendo). Esto nos pasa porque tú no te explicas y yo no te entiendo”.
Ofrecer compañía hasta que se tranquilice (necesita apoyo): “Me quedo aquí y cuando te pase, lo volvemos a intentar“.

17/02/2017