Semillas para el Bienestar son un conjunto de pautas ágiles y sencillas que permiten su puesta en práctica desde el momento en que son descubiertas, sin necesidad de conocimientos previos.
¿Qué permiten las Semillas para el Bienestar?
Recibirlas, consultarlas y… ¡ponerlas en práctica!
Leer nos nutre y ponerlo en práctica nos hace crecer. Adquirimos información valiosa, a veces obvia pero a menudo olvidada, para poder aplicar en el día a día en casa, en el contexto familiar.
¿Para qué sirven?
Estas pautas básicas, incorporadas a nuestro ritmo de vida facilitarán la comunicació y relación con nuestros niños y niñas. Permitirán la coherencia entre los adultos responsables de la educación de éstos y, por lo tanto, los encaminarán hacía el aprendizaje social. Aprendizaje que les permitirá desarrollarse con éxito y, posteriormente, actuar en cualquier situación con idoneidad. Asentar una buena base de valores y comportamientos garantiza una vida llena y armónica con quienes nos rodean.
¿Quién las puede utilizar?
Aplicadas por todos aquellos que quieran mejorar la relación con los niños y niñas permitirán, a todos éstos, un mejor entendimiento del mundo que les rodea y un mejor saber hacer. Aprenderán, ambos emisores, la manera de interaccionar y de tolerar al otro, aprendiendo a aceptar la condición de cada uno.
¿Cuándo se podrán consultar?
Cada semana, durante unos meses, se ofrecerá una semilla y 6 días para ponerla en práctica en el entorno familiar y, así, hacerla crecer. A la siguiente semana, y sin dejar de lado el desarrollo de la anterior, se introducirá una nueva para aplicarla y seguir evolucionando. Cómo en el arte del cultivo, será necesaria la colaboración y trabajo de todos los elementos participantes para que la adquisición sea plena.
Ofrecer un correcto ejemplo y poder seguir un acertado modelo, acompaña agradable y exitosamente el camino de la vida.
“El jardinero dijo:
… para lucir un bonito jardín hace falta dedicación y amor. Una semilla hay que plantarla, anclarla bien en la tierra.
Bien integrada, debe observarse cada día, cuidarla, mimarla, regarla… se necesita insistir, perseverar y ser constantes. Necesita del sol, de los nutrientes y del agua que le ofrecemos. Aunque los resultados no son inmediatos, con el paso de los días, nuestro esfuerzo y el suyo empiezan a apreciarse. La semilla, germina, va creciendo poco a poco y se va haciendo grande… hasta convertirse en una planta hermosa.
Es entonces cuando vale la pena detenerse y pensar… Ha valido la pena!”

Semilla para el Bienestar 1
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Semilla para el Bienestar 4
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