Cómo motivar a un niño a estudiar: Muchos son los padres que se hacen esta pregunta. Por ello nos piden consejo a la hora de hacer los deberes, preparar exámenes y motivar a sus hijos para estudiar. Motivar a un niño que ha perdido el interés no es fácil, pero si le damos las herramientas para que gane confianza en él, poco a poco irá ganando esa confianza que desencadenará la motivación para ver un sentido al estudio.
Motivar a los niños para el estudio
Para ayudarles, debemos tener en cuenta el método que utilizamos en las clases particulares que ofrecemos a domicilio o realizamos en el mismo Centro.
Éste empieza por hacerse tres preguntas para establecer un punto base y valorar qué aspecto o aspectos pueden mejorarse:
- ¿Cómo debe ser el espacio de estudio?
- ¿Qué rutina sigue cuando tiene tareas?
- ¿Utiliza las técnicas adecuadas para él?
Cómo debe ser el espacio para estudiar
Refuerzo positivo y actitud en la escuela
Estrategias de estudio para niños
- Primero se debe realizar un vistazo general del tema; número de páginas, títulos principales, recuperación de aprendizajes previos…
- Después debemos leer de forma consciente y comprendiendo las palabras y las ideas.
- Una vez hemos leído el tema, podemos resaltar aquellas palabras clave para destacarlas y acceder a ellas rápidamente.
- A partir de éstas, se puede realizar un mapa conceptual o un esquema para relacionar los conceptos y hacer del aprendizaje, un aprendizaje significativo.
- Una vez lograda la estructura general se debe desarrollar el contenido de los conceptos con las propias palabras (evitando la copia literal). Es recomendable y complementario, para asegurar la adquisición de los aprendizajes, realizar pruebas simuladas de exámenes (partiendo de ejercicios del propio libro o contando con la ayuda de un adulto) para verificar si el aprendizaje se ha llevado a cabo correctamente: preguntas tipo test, preguntas abiertas, preguntar palabras clave…
Y para acabar,
Consejos finales para motivar un niño a estudiar
- Creer en sus capacidades y utilizar mensajes positivos. No es lo mismo decir “a ver qué tal te va éste, porque llevas una racha…” que decirle “seguro que éste te va bien con todo lo que te has esforzado”.
- Potenciar la comunicación. Promover momentos de encuentro (niño/adolescente-adulto/s) para hablar del día, satisfacer inquietudes, resolver dudas…
- Ser un buen modelo (ellos son el reflejo de nuestros actos): organizarse, implicarse, participar, tener iniciativa…
- Animar y avivar la capacidad de esfuerzo y apoyarlos en cada éxito y en cada fracaso.
- Permitir el estudio con actividades de ocio que favorezcan su desarrollo y educación en valores.
En resumen, no debemos obligarle y si detectamos mucha resistencia al estudio debemos consultar a un profesional, eso evitará que el estudio sea fruto de conflicto familiar. Debemos comunicarnos con ellos y explicarles qué dificultades tuvimos nosotros y cómo las resolvimos, desde una postura afectiva, comprensiva y no autoritaria.